Para llevar a cabo el diseño de una estrategia empresarial hay que dar una serie de pasos que se complementan unos con otros. Después de analizar el entorno y las características propias del proyecto es hora de plantearnos cómo vamos a pasar a la acción para conseguir los objetivos, y para ello lo que usamos es el análisis CAME.
Qué es análisis CAME
Para muchos, análisis CAME y análisis DAFO o FODA son dos caras de la misma moneda, y para otros el CAME es la continuación natural del DAFO. Lo cierto es que lo podemos entender de cualquiera de las dos maneras, ya que para hacer este análisis primero tenemos que conocer las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que se encuentra la empresa.
CAME es un acrónimo de Corregir (Correct), Adaptar (Adapt), Mantener (Maintain) y Explorar (Explore). Es decir, que son los pasos que tenemos que dar para sacarle el máximo partido a las conclusiones que hemos extraído al realizar la matriz DAFO. Esto nos va a llevar a tener una estrategia bien adaptada a las condiciones de la empresa y a su entorno y, por tanto, con más posibilidades de éxito.
Si vemos un ejemplo de análisis CAME, lo que viene a decirnos es que las debilidades hay que corregirlas, las amenazas hay que afrontarlas, las fortalezas hay que mantenerlas y las oportunidades hay que explotarlas. Aquí vemos la estrecha relación entre DAFO y CAME, porque no sería posible hacer ese último análisis si primero no hubiéramos hecho un análisis FODA.
Corregir las debilidades
Las debilidades son características propias del negocio que le restan ventaja competitiva. Lo que propone el análisis CAME es un plan de acción dirigido a corregir esas debilidades para minimizar sus efectos negativos e incluso hacerlos desaparecer del todo.
Afrontar las amenazas
Las amenazas son factores externos a la organización que suponen un riesgo para ella. Ignorarlas puede dar lugar a que el negocio fracase a pesar de que a nivel interno se haya intentado hacer todo bien. Lo que se busca a través de este análisis es conocer las amenazas a las que se enfrenta la empresa y tomar decisiones para afrontarlas de la mejor forma posible.
En muchos casos no será posible neutralizar esas amenazas, ya que al ser elementos externos a la empresa no se tiene control sobre ellos, pero la idea es que afecten lo menos posible a la evolución de la misma.
Mantener las fortalezas
Las fortalezas son los puntos fuertes de la organización, las que tienen la capacidad de hacerla destacar. Por eso, hay que idear estrategias que ayuden a mantener y desarrollar fortalezas, ya que estas son además la mejor defensa frente a las debilidades internas y las amenazas externas.
Explorar las oportunidades
Las oportunidades son posibilidades de desarrollo que se dan en el entorno de la empresa, de ahí la importancia de detectarlas antes que otros y trabajar para explotarlas y ganar así ventaja competitiva.
Estrategias del análisis CAME
Normalmente el CAME se presenta en forma de matriz de 2×2 en la que vemos cuatro posibles estrategias a seguir que combinan los factores detectados en el DAFO.
Estrategias ofensivas
Siguen la máxima de que hay que explotar las fortalezas propias y aprovechar las oportunidades que hay en el mercado. Por eso son conocidas también como estrategias de ataque y posicionamiento en el mercado.
La idea que subyace es enfocarnos en aquello en lo que somos buenos y que nos ofrece ventaja competitiva sobre los demás, y aprovechar así esas oportunidades que hay en el mercado y a las que la competencia no puede llegar.
Estrategias de supervivencia
Uno de los errores más habituales al emprender es no conocer o ignorar las amenazas que existen en el mercado. Esto supone no tener en cuenta elementos que pueden afectar directamente al negocio y sobre los que muchas veces no tenemos demasiado margen de maniobra.
Las estrategias de supervivencia buscan solventar este error y se centran precisamente en afrontar esas amenazas y corregir a la vez esas debilidades que pueden ser un obstáculo para que el negocio crezca y alcance los objetivos fijados.
Estrategias defensivas
Por su propia naturaleza se aplican en negocios que ya están consolidados y que tienen fortalezas suficientes como para mantener su competitividad. Lo que buscan estas estrategias es hacer un buen uso de las fortalezas internas para afrontar las amenazas que pueda haber en el mercado.
Estrategias de reorientación
No siempre acertamos a la primera al diseñar la estrategia de una empresa, pero un error no tiene que suponer necesariamente el fin del proyecto, suele haber tiempo suficiente para cambiar el rumbo, y para ello podemos acudir a las estrategias de reorientación.
Estas se centran en corregir las debilidades del negocio a fin de poder aprovechar al máximo las nuevas oportunidades que surgen en el mercado, lo que da lugar a un rediseño del negocio que puede ser parcial o incluso suponer un cambio radical con respecto a lo que se venía haciendo hasta ahora.
¿Por qué hacer un análisis de este tipo?
Toda empresa tiene debilidades y fortalezas y se encuentra con oportunidades y amenazas en el mercado que debe abordar, pero a través del CAME lo que hacemos es elegir una estrategia concreta en lugar de abordar todos estos retos.
Si esto es así es debido a que trabajar a la vez todos los aspectos que influyen en la evolución de un negocio es bastante ineficiente, porque implica realizar de forma simultánea muchas acciones diferentes. Además, hay que tener en cuenta que los recursos de empresas y autónomos son siempre limitados, por lo que la estrategia debe adaptarse a los mismos.
Hacer un análisis de este tipo nos permite visualizar mucho mejor qué podemos hacer para superar los retos y aprovechar las ventajas competitivas y, a la vez, poder elegir la estrategia más adecuada para cada caso concreto.
Por supuesto, nada impide ir adoptando diferentes estrategias a medida que el negocio se va consolidando. Podríamos empezar con una estrategia de supervivencia y luego pasar a una ofensiva cuando lo creamos conveniente, o incluso abordar una estrategia de reorientación si las cosas no están yendo como esperábamos.
Cómo hacer un análisis CAME
Para hacer este tipo de análisis primero tenemos que haber realizado un DAFO, ya que solo a través de él vamos a conocer las debilidades y fortalezas de la empresa y las amenazas y oportunidades que se encuentra en su entorno.
Con el FODA ya listo lo que hacemos es crear una matriz en la que vamos a ver todos los datos de este análisis, y basándonos en el mismo vamos a ir diseñando estrategias que nos puedan ayudar a corregir las debilidades, afrontar las amenazas, mantener las fortalezas y explotar las oportunidades. Así podemos hacernos una idea sobre qué acciones debemos priorizar en este momento.
A fin de ir perfilando esas estrategias podemos hacernos este tipo de preguntas:
- ¿Cómo podemos aprovechar las fortalezas internas para aprovechar las oportunidades que hay en nuestro entorno?
- ¿Qué podríamos hacer para que las debilidades internas no nos impidan afrontar las amenazas del entorno?
- ¿Cuál es la mejor forma de utilizar nuestras fortalezas para hacer frente a las amenazas?
- ¿Cómo podemos evitar que las debilidades de nuestro proyecto supongan un freno a la hora de aprovechar las oportunidades que brinda el mercado?
Cómo elegir la estrategia CAME a seguir
Una vez hecho el trabajo duro toca elegir la estrategia CAME a seguir, porque como vimos antes no podemos centrarnos a la vez en todos los frentes que tiene la empresa.
La elección entre una modalidad u otra de estrategia no es nada sencilla, y no existe una fórmula magistral que nos indique cuál nos va a dar mejores resultados. Para tomar la decisión debes valorar aspectos como los recursos que tiene tu negocio, las expectativas de evolución que tienes para él a corto, medio y largo plazo y también a la situación del mercado.
Lo importante es que una vez que hayas elegido no te quedes solo en la teoría. Llega el momento de pasar a la acción y para ello tienes que diseñar un calendario con las acciones a llevar a cabo. En él debería constar las actividades a realizar, la persona responsable de las mismas, el coste de cada acción, las fechas en las que se va a llevar a cabo la estrategia, los objetivos a conseguir y los factores a medir para comprobar los resultados.
Con este calendario conseguimos que cada miembro de la organización sepa qué tiene que hacer y cuándo tiene que hacerlo. El resultado es que en poco tiempo podemos comprobar si estamos consiguiendo los objetivos que nos hemos marcado con la estrategia elegida y, si no es así, tenemos margen para hacer los cambios necesarios.
Diseñar una matriz CAME supone invertir tiempo y también dinero para poder llevar a cabo la estrategia escogida, pero es la mejor forma de sacarle provecho al análisis DAFO. Sin embargo, nos encontramos con que muchas empresas ponen especial atención en conocer sus capacidades y el estado de su entorno pero luego no recurren al análisis CAME para determinar su estrategia. Tú ya sabes que es una herramienta muy útil y que puede marcar la diferencia entre el fracaso y el éxito de tu negocio, así que no dudes en utilizarla.